Antes de irme tenía la incertidumbre de lo que podía pasar, e incluso creía que podía ser peligroso irme a este país. Me imaginaba una experiencia muy diferente a la que estoy teniendo, y realmente me hacía respeto salir de mi zona de confort. Y, tengo que decir, que estoy muy contenta de haberlo hecho. Aunque no es un camino de rosas, personalmente es una experiencia muy positiva que me está haciendo crecer y darme cuenta de muchas cosas que antes no les daba importancia. Y sobretodo me estoy conociendo a mi misma, las cosas que hago mal y que debo cambiar para cuando vuelva a mi vida real, y las cosas buenas que debo potenciar. Estoy aprendiendo a superar situaciones difíciles o incómodas, y a solucionar problemas con mayor confianza.
Aunque son las 21:32 en Islandia, un mes atrás estaba yo en el avión, con los nervios a flor de piel.
Ha pasado un mes volando, como sé que pasará el resto del tiempo que esté aquí.
Así que... PRÓXIMOS DOS MESES, ALLÁ VOY!
Comparto todo lo que dices. Así que a disfrutar de todo lo que nos queda. Un beso!
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